Al igual que el año anterior, San Telmo alcanzó el promedio de un gol por partido jugado: anotó 36 veces en la misma cantidad de encuentros. Jonatan Cañete (8 goles en 35 partidos) fue el goleador del equipo aunque el promedio de gol de acuerdo a la cantidad de minutos disputados arroja un gol cada 305 minutos. Los cuatro tantos que anotó desde que se puso la camiseta de San Telmo ubican a Juan Cruz Zurbriggen por encima de Cañete en relación a cantidad de goles y minutos disputados: un gol cada 246 minutos.
Como podrá apreciarse en la tabla final hubo un déficit muy grande: ningún defensor del equipo pudo convertir goles. Apenas tres tantos se marcaron por la vía del cabezazo (sólo uno de ellos fue de pelota parada: córner de Nagüel y golpe de cabeza de Requena para el agónico empate ante Brown de Adrogué).
El equipo no logró convertir goles en doce cotejos de los treinta y seis disputados.
Al igual que en el año anterior, no se marcaron goles de tiro libre. En la ejecución de penales, la efectividad fue total: los cinco sancionados fueron convertidos.
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