[Especial Angel "Cato" Miguelez] Nota con uno de los mejores volantes centrales de la historia de San Telmo.


Angel “Cato” Miguelez está en el podio de los mejores números “cinco” que vistieron la camiseta de San Telmo en toda la historia, no lo decimos nosotros. El calificativo arriba de una conjunción de recuerdos recopilados entre los hinchas que asisten a la cancha desde hace más de cincuenta años. La inmensa mayoría no duda en ubicar a Miguelez entre los preferidos en el puesto de mediocampista central. Vistió la camiseta Telmista durante cinco temporadas (147 partidos) y fue campeón en 1969. [Ampliar...]


A los 76 años de edad sigue viviendo en el mismo barrio en el que nació el 6 de enero de 1944: Villa Ballester. Su llegada a San Telmo se dio a principios del año 1966 procedente de Chacarita Juniors y lo hizo junto a otros tres futbolistas que también actuaban con él: Osvaldo Grillo, Héctor Gallione y Alberto “el Negrito” Flores, todos en parte de pago por la transferencia de Jorge Héctor Olmedo desde el Candombero al Funebrero. 

“Arranqué jugando en las divisiones inferiores de San Lorenzo y lo hice hasta la edad de quinta división. Después pasé a Chacarita, que quedaba mucho más cerca de mi casa, jugué muchos partidos en tercera, la verdad es que andaba muy bien, hice varios amistosos con la Primera pero tenía jugadores de experiencia y buen nivel en mi puesto”.

A principios de 1964 Miguelez confirmó que no se trataba de un futbolista del montón, sus condiciones prometedoras llegaron a la consideración y fue citado a la Selección Argentina Sub 20. “Cuando me citaron a la Selección fue una sensación única, inigualable. Integré el equipo que jugó el Sudamericano en Colombia, donde llegué a jugar tres partidos. En ese equipo figuraban jugadores que luego se consagraron en el fútbol como Pascuttini, Aldo Pedro Poy y Oscar “Pinino” Más, que fue el goleador del equipo. El entrenador era José Ramos, que en 1963 había dirigido a San Telmo, ese equipo que estuvo muy cerca de ascender". 

Miguelez, el primero de la fila de arriba. Con la Selección disputó el Sub 20 de Colombia (1964)

“Ya con la experiencia en la Selección pensé que había llegado mi momento, que iba a tener la oportunidad en Chacarita, pero no fue así. Delante de mío estaba Antonio Laginestra y no se me dio. Por eso, a principios de 1966, yo ya tenía 22 años y no había podido debutar, ahí llegó la posibilidad de ir a San Telmo. Yo no estaba convencido, era ir a Primera “B”, yo trabajaba en una metalúrgica y desde Ballester tenía un lindo viaje hasta la Isla, pero la palabra de mi papá fue fundamental. El me alentó a decir que sí, porque iba a tener la chance de mostrarme y tener continuidad. Así que se dio el pase, al principio me dieron a préstamo y después de manera definitiva. Me iba en tren desde Ballester a Chacarita, desde ahí en subte, colectivo hasta La Boca y el bote hasta la cancha.

"La primera vez que fui a la Isla me pararon las chicas para ofrecerme sus servicios… Yo les dije que era jugador de San Telmo y que tenía que entrenar. Cuando llegué al vestuario a presentarme se los comenté a mis compañeros y se cagaron de la risa y me dijeron que me quedara tranquilo, que con los jugadores no se metían, simplemente que era la primera vez en la Isla y que era algo normal..."

Miguelez arrancó bien de entrada y fue titular desde el inicio del campeonato de 1966. Debutó el 5 de marzo de 1966 en la cancha de Almagro. San Telmo y el Tricolor empataron uno a uno. Julio Rodríguez Parrilla era el técnico y paró en cancha este equipo: Cordero; Grillo y Vaquero; Escalante, Miguelez y Saravia; Norberto Flores, Calabró, Juan Carlos Montes, Gallione y Monteleone. Tuvo activa participación actuando en 26 ocasiones en su primer año. 

El historiador Horacio Simone, en su libro “Historia del Club A. San Telmo – Fútbol” hace una referencia sobre Miguelez en la página 328 del Tomo I al referirse a “la figura del año”: “1966 fue un año de jugadores muy parejos, “rendidores”, que jugaron para el equipo. Y de gente así, sin vedetismo debía salir la figura de este año: no fue un goleador, ni un habilidoso, ni un exquisito pero sí un hombre con una entrega total pero sin teatros, sin exageraciones, socorriendo al compañero en problemas, ocupando cualquier puesto, con presencia y sin violencias, de andar cansino pero siempre presente: nos referimos a Miguelez, un jugador que quizá no sea recordado por muchas personas pero que debe tener un lugar en estos recuerdos por todo lo expuesto”. 

Miguelez, junto a Miguel Alvarez y el "cabezón Gallione (1968)

En 1967 jugó la totalidad de los partidos en el campeonato (36), ya afirmado en el elenco titular, compartió mitad de cancha al lado de Eduardo Vicente Janín –que regresaba ese año al club-, y Héctor Gallione, otro que también se había formado en Chacarita. Mientras que en 1968 lo hizo al lado de Horacio Vañasco, Gallione y Calabró.

1967 y 1968 no fueron buenos años para San Telmo, porque en ambos campeonatos esquivó el descenso en la última fecha, pero el de 1968 tuvo ribetes épicos porque cuando todo estaba encaminado para la debacle, el equipo reaccionó y ganó los últimos cinco partidos de manera consecutiva.



“El que nos cambió la mentalidad fue Elmer Banki. El húngaro estaba por encima de la media de los técnicos de la divisional, un visionario, un adelantado. Para mi carrera fue un antes y un después su llegada. Nos inculcó la palabra “disciplina” con todas las letras. Los métodos de entrenamiento, el sacarle el jugo de lo mejor a cada futbolista, la autoconfianza y el convencimiento fueron claves. Nosotros veníamos de una época en la que cuando llovían dos gotas en la Isla, se suspendían los entrenamientos, simplemente porque Pablo (Bartucci, el utilero) no te daba la ropa para que no la embarremos, y de esa manera dábamos ventajas. Con Banki eso se terminó, al que faltaba a un entrenamiento se le venía la noche, había multas y descuento de sueldos.

Al respecto hay una anécdota que escribió en uno de sus libros (“Detrás del túnel”) en el que sin nombrarme habla de una situación particular de la que fui protagonista. Una mañana llovía a cántaros y sabiendo que se suspendían los entrenamientos, ni aparecí por la Isla. Llovieron como tres días seguidos y no fui. Mientras estaba trabajando en el taller metalúrgico, aparece un patrullero… La verdad es que no entendía nada. Me llevaron a la oficina del comisario de San Martín y me pregunta: ¿usted juega al fútbol? Sí, en San Telmo, le respondo… De pronto entra por la puerta el húngaro Banki… Había preparado toda esa situación para preguntarme por qué no había ido a entrenar… Nunca más falté". 



"En los segundos tiempos los pasábamos por arriba a todos, volábamos. Te da seguridad y confianza cuando salís a la cancha. Eso fue determinante para salvarnos en 1968 y después hacer la gran campaña en 1969. 
El equipo que tenía San Telmo en 1969 era una maquinita. Michelena, Guillermo González, el “Ronco” Méndez y Segovia, en el medio Calabró,  yo, Czentoricky; y arriba el paraguayo Vidal Ayala, Pandolfi y Monteleone. Jugábamos de la misma manera de local y visitante. Presionábamos y tocábamos. Al lado mío jugaban el “Bicho” Calabró y Czentoricky. El “Ruso” era un fuera de serie, un jugador de un nivel impresionante, movía los hilos. Arriba Pandolfi y Monteleone  te mataban, hacían la diferencia.

Reiterada figura del partido para los medios.

Disfruté mucho haber integrado ese equipo y el campeonato logrado fue una de las máximas alegrías de mi vida. Estaba en mi mejor nivel, incluso, íntimamente pensaba que si no tiraba un caño en un partido, para mi había jugado mal. Había rumores de que me quería Independiente… Pero justo ese año me lesiono feo la rodilla en la Isla en un partido contra Arsenal. Ya venía arrastrando dolores y jugaba infiltrado y me costó muy caro porque me perdí la serie final por el ascenso. Cuando San Telmo le ganó a Banfield en la cancha de Racing todos pensábamos que era el momento del ascenso porque teníamos un equipazo, pero después no se pudo dar. La impotencia que tenía por no haber podido jugar esos partidos fue tremenda".

"Después, en 1970 el equipo sufrió bajas muy importantes, la ida de Banki y nos costó, pero ese año tuve el placer de jugar junto a Corbatta. Ese fue mi último año en San Telmo".

"No fui un jugador que hizo muchos goles, pero sí recuerdo uno en particular porque fue el más lindo que me tocó convertir y se lo hice a Dock Sud, en la Isla en la campaña de 1969. La empalmé de lleno, le pelota tomó altura y el viento jugó a mi favor, la pelota se metió por encima del arquero y entró en un ángulo. Fue un golazo. El partido al que se refiere pertenece al 10 de mayo de 1969 (San Telmo 2 - Dock Sud 0). Monteleone, de cabeza, había convertido el primero. Cuando faltaba un minuto, Miguelez convirtió el tanto definitivo.

"La lesión no me permitió volver al nivel que quería y tenía decidido dejar de jugar, pero apareció una propuesta de Deportivo Italiano (1971), jugué un año más en la “C” y me retiré cuando tenía solo 27 años".

"Siempre me gustó la idea de dirigir y tuve la oportunidad de hacerlo en Central Ballester, en Primera “D”, y la verdad es que me fue muy bien. Después de un tiempo sin trabajar en el fútbol me aparté por completo de la actividad y me dediqué a mi trabajo. Soy un agradecido a San Telmo. Es un club que quiero mucho porque me abrió las puertas, me dio la oportunidad de ser alguien en el fútbol y le deseo siempre que vuelva a pelear por los primeros puestos, es un club con mucha historia que me ha dado grandes amigos y por suerte aún hoy nos seguimos juntando con varios de los muchachos". 
Miguelez jugó 147 partidos y convirtió 5 goles entre 1966 y 1970. 

Nota realizada el 18 de septiembre de 2018 por Adrián Navarro y Adrián Bevilacqua.

1 comentario:

  1. He sido compañero de trabajo de Cato (O Cacholo como lo llamabamos en el barrio), y solo quiero resaltar que además de muy buen jugador fué sobre todo un excelente ser humano, un gran tipo que me encantaría volver a ver......

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