[Especial "Lucho" Martínez] Nota a uno de los mejores jugadores de la historia de San Telmo
“Pibe, usted es un fenómeno, vaya y arregle, no trabaja más.
Mañana empieza a entrenar”.
La frase tiene dueño: Juan Carlos Lorenzo, el “Toto”, un
sabiondo y exitoso del fútbol que puso sus ojos en Víctor Luis Martínez cuando
la descosía en San Telmo, en Primera “C” y se lo llevó directamente a San
Lorenzo de Almagro para disputar el viejo Torneo Nacional de 1981. Antes que el
“Toto”, otra enciclopedia del fútbol como Néstor “Pipo” Rossi iba seguido a
verlo porque poseía características y virtudes de un jugador muy dotado
técnicamente.
“Lucho” es una marca registrada en el fútbol. Empezó a
destacarse con apenas 18 años en San Telmo, donde expuso sus innatas
condiciones de potrero con la “diez” en la espalda, adueñándose de una camiseta
que había quedado vacante desde la ida de Pedro Coronel en el ´76. Por su
capacidad y talento se constituyó en un referente exclusivo en las décadas del
´80 y ´90 conformando equipos con mentalidad de ganar campeonatos. [Ampliar...]
Este 5 de junio está cumpliendo 60 años y por ello rescatamos
una nota que saliera publicada en el año 2004 en la Revista “Dale Telmo”, notas
atemporales que no pierden vigencia ante el paso del tiempo.
“Lucho” Martínez nació en Entre Ríos pero vino con su
familia desde muy pequeño a vivir a la Isla Maciel, allí están sus verdaderas
raíces, donde creció en una humilde casa de la calle Alberti 1280, a treinta
metros de la cancha de San Telmo. Hincha del Candombero. El mayor de cinco
hermanos que encontró en el fútbol el camino para progresar. Aquí cuenta
detalles de su carrera.
“La única manera que tenía de salir adelante, era jugando al
fútbol. Estudiaba, trabajaba y jugaba, pero me resultaba imposible por los tiempos y finalmente me
decidí por el fútbol”.
“Hice todas las divisiones inferiores en San Telmo, desde
los doce años. Me probó un señor llamado Rubén González y después tuve a Mario
Nacisi y Cotelo. Empecé como marcador central, pero fui cambiando de posición
hasta afianzarme como volante ofensivo”.
“Entrenábamos en el circuito KDT, en Palermo, y le tenía que
robar moneditas a mi mamá, que fue quien me crio junto a mi abuela, para poder
ir a entrenar. Cuando volvía a casa después de practicar veía que mis hermanos
tomaban mate cocido pero no había pan. Ahí pensé en largar todo y ponerme a
trabajar para poder ayudarlos. Pero en ese momento influyeron mucho Mario Nacisi y Cotelo quienes empezaron
a hacer una vaquita y se la dejaban a Don Romero, que era el canchero de la
Isla, para que me dieran los viáticos para poder seguir practicando. Gracias a
estas dos personas pude llegar a ser jugador de fútbol, porque de no haber
estado ellos cerca, se me cortaba la cadena ahí”.
“Cuando San Telmo estuvo en Primera “A” yo estaba en octava
división, tenía dieciséis años y los
domingos me convocaban para ser alcanza pelotas. El día que San Telmo le ganó a
Boca en la cancha de Huracán me tocó estar detrás del arco donde atajaba Hugo
Gatti, así que fui un privilegiado de vivir desde tan cerca ese lindo momento”.
“Siempre me puse como meta entrenar fuerte para poder llegar
a Primera. Un día agarré una pelota de cuero que no tenía cámara, la llené de
arena y empecé a cabecear. Así me quedó la cabeza… un chichón, pero eso me
resultó muy útil y me enseñó a saber cabecear”.
“A los dieciséis años me quiso llevar Platense, pero solo
ofrecieron tablones para la cancha por la transferencia y no se hizo”.
“En Sexta División, con la categoría 1960, salimos campeones
con un equipazo. El equipo formaba con Gancedo o Silvera, Rubén Jerez, Carlos
Fano, Fernández y Marcelo Tinelli; Felipe Traine, Cejas, yo; el “Chino” Báez,
Carrizo, Bielous, Brítez y varios chicos más que se iban turnando. Ahí tenía
diecisiete años y jugando de “cinco” fue cuando salté a Primera”.
“Cuando arranqué a practicar con la Primera me agarró un
volante llamado Merlo y me dice “nene, mira cuantos volantes somos acá, somos
como diez y vos no vas a jugar nunca”. Yo lo miré a la cara y le dije:
“preocupate vos que sos grande, yo recién tengo 17 y te estoy peleando el puesto. El año
que viene soy titular yo”. Y así fue, debuté en los últimos partidos de ese año
(1978) y fui titular toda la campaña de 1979, 1980 y 1981 siendo figura”.
“Lucho” debutó en la cancha de Témperley el 26 de agosto de
1978 ingresando por José Espósito en el segundo tiempo. El entrenador fue Horacio
Amable Torres. Ese partido finalizó empatado sin goles. El Candombero se
presentó con Bruni; Luis González, Saraví, Angrisani e Issa; José “Nico”
González, Del Ducca y Gauna; Espósito, Margetic y el “Chino” Báez.
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El primer partido como titular en su carrera, en cancha de Los Andes (1978). El único que posa con la pelota. |
“Llegar a Primera para mi significó todo emociones. Entrar
al vestuario y sentir el olor a aceite, a crema de los masajistas era una gran
alegría. Entrenar junto a jugadores emblemáticos como Camejo, Saraví, Tremonti
y Minutti, ellos eran todo un respaldo”.
“El partido que más recuerdo es uno que le ganamos a
Flandria, por los dos goles que hice. Yo estaba engripado, pero le dije al
técnico Edgardo Marchetti que quería jugar igual. Hice el primer gol, después
nos empatan, hubo varios expulsados ese día y faltando un minuto viene un córner
para ellos, yo estoy dentro del área defendiendo, hay un rechazo y la pelota me
cae a mí. Pensé en “pincharla” pero
sabía que iba a volver a nuestra área entonces decidí pararla y empezar a
gambetear. Pasé a uno, dos, los gambeteé a todos. Fue un golazo y enseguida
terminó el partido, ganamos dos a uno en Jáuregui, el árbitro se acercó y me
dijo “se olvidó de gambetearme a mí”.
El partido al que hace referencia “Lucho” se jugó el 17 de mayo de 1980, San Telmo le
ganó dos a uno a Flandria en Jáuregui con dos goles suyos, el del triunfo, en
el minuto noventa. Al momento del gol, había cinco jugadores menos en el campo,
todos expulsados: Bossio y Sotelo, de Flandria; Vañasco, Magliano y Jesús Díaz,
todos de San Telmo, por lo que el triunfo se dio con un jugador menos que el
rival. Telmo, dirigido por el “Gordo” Jorge Mallo, alistó a Morán; Jesús Díaz,
Vilar, Comerci y Armani; Vañasco, “Ruso” Zielinski y “Lucho” Martínez; Santiago
Cáceres, Diego Magliano y “Chino” Báez. Después entraron el peruano Aedo
Rodríguez y Leguizamón.
“Otro partido inolvidable fue uno que le ganamos a Lanús en
la Isla Maciel. El partido estaba empatado uno a uno y en un movimiento sentí
un “pinchazo”. Me desgarré. Hago señas al banco para pedir el cambio pero justo
me cae la pelota, como viene la paro, hago el trote con todo el dolor y logré
meter una pelota entre medio de los dos marcadores centrales a Diego Magliano
que definió bárbaro y convirtió el gol del triunfo. Ese día le arruinamos el
campeonato a Lanús.
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Martínez domina entre dos jugadores de Lanús (1979). Esa imagen fue elegida para dar la bienvenida en el estadio de la Isla Maciel. |
El partido de referencia se jugó en la Isla el 3 de
noviembre de 1979. Ganaba Lanús con gol de Nigretti, de penal. San Telmo logró
darlo vuelta con los tantos del “Chino” Báez y el mencionado por “Lucho”, gol
de Magliano. Ese partido le permitiría a Deportivo Español ascender una fecha
más tarde). San Telmo, dirigido por Edgardo Marchetti, salió a la cancha con
Morán; Pedro Sánchez, Saraví, Alderete y Ortigosa; Sassi, Sdrugolini y “Lucho”
Martínez; Thea, Magliano y Báez. Tras el pase gol que definió el partido,
Martínez fue reemplazado por Ajmatt.
“Durante la campaña de 1981 aparte de jugar yo trabajaba
unas horas en el “Supermercado Chuic”, que era el que auspiciaba en la camiseta
de San Telmo. Era un lunes cuando salgo y me estaban esperando en un coche
Peugeot un directivo de San Lorenzo junto a “Milanesa” que era el jefe de la
barra. Vinieron a decirme que el “Toto” Juan Carlos Lorenzo quería hablar
conmigo”.
“Recuerdo que fui a la Ciudad Deportiva de San Lorenzo con
un bolsito color naranja, marca “Dipporto”, que para San Telmo y para la Isla
eran lo máximo… Llego a San Lorenzo y me encuentro con todas las figuras que
uno miraba por televisión, todos con bolsos Adidas… a mí me dio un poco de
vergüenza y no sabía adonde esconder mi bolso naranja… Cuando me ve Lorenzo me
dice “pibe, usted es un fenómeno, vaya y arregle. No trabaja más, olvídese.
Mañana empieza a entrenar”.
“Fue así. El presidente de San Telmo era Pedro Amor, que
estaba a cargo de una comisión de emergencia. Cuando voy a firmar estaba toda
la plata arriba de la mesa. Me pagó los cuatro meses que me debían y dejé mi
porcentaje para las divisiones inferiores. Por el préstamo hubo dinero y no
solamente tablones para la cancha como se dijo en su momento”.
En esa operación, San Lorenzo le cedió a San Telmo varios
tablones del “Viejo Gasómetro” de Avenida La Plata que se estaba desarmando en
esos mismos momentos.
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Un gol de Lucho en la Isla Maciel. Aquí ante Cambaceres en 1980. |
Si bien se venía hablando mucho de que Martínez venía siendo
observado y codiciado por varios equipos, en una operación “relámpago” y ante la imperiosa necesidad de hacerse de
“billetes”, la tesorería del club aceptó el préstamo de “Lucho”. Tras jugar en
la cancha de Lanús el 12 de septiembre de 1981, donde el Candombero goleó por
cuatro a uno a Riestra, Martínez fue reemplazado por “Nico” González y ese fue
el final de su primer ciclo en San Telmo. Exactamente una semana después, el
domingo 20 de septiembre, debutó en San Lorenzo de Almagro enfrentando a
Estudiantes de La Plata, en 1 y 57. En un comienzo más que auspicioso en el
azulgrana, en su segundo partido conquistó un gol en el triunfo sanlorencista,
tres a uno ante Unión de Santa Fe.
“Jugar en Primera “A” fue una emoción muy grande. Escuchar
que coreen tu nombre es algo muy lindo. Enfrenté a Maradona en los dos partidos
contra Boca. En “La Bombonera” nos pintaron la cara. Pero a mí no me importaba
nada. Salí de la cancha de Boca y me fui a la Isla caminando, quería que toda
la gente me viera y me parara para saludarme”.
“Después, en 1982, San Telmo me vende a Quilmes en 25.000
dólares, que era una fortuna. Fue un cambio muy grande. De vivir en un cuartito
que goteaba por todos lados a un departamento en Quilmes con dos balcones que
no sabía ni para que se usaban…”
“En mi carrera logré cuatro ascensos y jugué varias finales
porque siempre integré equipos con ganas de salir campeón”.
“Las lesiones me perjudicaron pero el reconocimiento de la
gente del ambiente del fútbol es muy gratificante”.
“Muchas veces la gente de San Telmo me comparó con
Czentoricky y Coronel. Los tres fuimos jugadores de distintas características.
Creo que yo era más completo, porque manejaba las dos piernas y cabeceaba muy
bien. En mi etapa fui uno de los mejores de la división, no solo por la técnica
sino por la actitud dentro de la cancha. Hice muchos goles de jugada y
pegándole desde afuera del área. Tengo más goles con pierna izquierda siendo
derecho”.
Desde 1982 y hasta 1986/87 defendió la camiseta de Quilmes,
donde también se ganó el cariño de los Cerveceros y alcanzó la categoría de
ídolo. Su carrera siguió por Bolívar de La Paz (Bolivia) Defensa y Justicia, El
Porvenir, Argentino de Quilmes, Berazategui, Almagro, Los Andes, Sarmiento de
Junín, Olimpo de Bahía Blanca, nuevamente El Porvenir para volver, en 1994/95,
al Candombero cuando tenía 34 años.
“Sólo puse una condición para volver. San Telmo tenía que
volver a la Isla sí o sí. Cuando se dio mi retorno, el equipo jugaba siempre en
canchas distintas de local y eso no podía seguir así. Cuando me tocó enfrentar
a San Telmo con otros equipos, cuando el micro bajaba el puente, tenía
compañeros que veían las casitas, el movimiento y empezaban a temblar… Esa es
una ventaja que San Telmo no puede desaprovechar. Por suerte en ese campeonato
retornamos a la cancha de San Telmo”.
“Lucho” volvió a calzarse la azul celeste trece años después
de su pase a San Lorenzo. El sábado 6 de agosto de 1994 y por esas cosas del
destino lo hizo en la misma cancha en la que había debutado en 1978, en la de
Temperley. En la fecha inaugural del torneo 1994/95 el “Candombero” le ganó dos
a cero al “Gasolero” con goles de Omar Torres y el “Indio” Ernesto Cardozo. San
Telmo formó con Medina; Céspedes, Torres, Rey y Dentone; Ricardo González,
Innamoratto, Brítez y “Lucho” Martínez; “Indio” Cardozo y “Potro” Comini.
Tras realizar un muy buen Apertura 1994 en el que aportó
toda su experiencia y la nada despreciable suma de seis goles, se resintió de
una antigua lesión en un partido ante Puerto Nuevo en la Isla, motivo que lo
alejó de los campos durante varios meses. Sin embargo, su presencia resultaba
fundamental y volvió para jugar las semifinales, en las que San Telmo quedó
eliminado ante Berazategui. Allí decidió el retiro de la actividad y se
convirtió en entrenador del equipo en dupla junto al “Chino” José Báez. En la
quinta fecha del torneo 1995/96 decidió volver a jugar ante la falta de
resultados, pero apenas pudo hacerlo en tres ocasiones. La llegada de Pulsiano
Aquino, puso el punto final de su etapa como jugador del club y casi su retiro
definitivo, aunque jugó un puñado de
partidos en Barracas Central.
El 9 de septiembre de 1995 disputó su último encuentro
oficial en San Telmo con un empate sin goles ante Liniers, en Villegas. Su
último equipo fue: Medina; Céspedes, De Césare, Rey y Dentone; Cardozo, Sergio
Báez, “Lucho” Martínez y Orrego Echeto; Burakoski y Marinella.
Tiempo después volvió a ser DT interino junto a Horacio
Vañasco un solo partido en 2001. Desde entonces se dedicó de lleno a la
dirección técnica de las divisiones juveniles de San Telmo, consiguiendo muy
buenos resultados.
“Como entrenador de inferiores mi única meta es sacar
jugadores que lleguen a Primera. Que llegue cinco chicos sería un logro y si el
club puede vender alguno, sería una doble satisfacción”.
Un árbitro: Carlos Mastrángelo y Luis Olivetto.
Un técnico: Juan Carlos Lorenzo
Un dirigente: Carlos Ríos y José Luis Meizner
Un amigo: el “Chino” Báez
Desde hace un tiempo el queridísimo “Lucho” viene
arrastrando algunos problemas de salud y aprovechamos este humilde espacio para
desearle que todo se solucione y una muy pronta mejoría. Un fuerte abrazo
Santelmista!
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