En el continente asiático volvieron a reencontrarse los Aprea (Francisco hijo vive desde hace unos años en Praga, y Francisco padre viajó desde la Argentina), con una muy buena excusa mundialista, padre e hijo una vez más llevando los colores del Candombero por el mundo con la misión de "evangelizar el planeta" con la azul y celeste, según parece ser el legado familiar.
Curiosamente una de las primera fotos que compartieron fue una tomada en un medio de transporte en Doha, junto a dos hinchas polacos, justo el próximo rival de Argentina el próximo miércoles donde se juega la clasificación a octavos de final. Como puede apreciarse, distendidos y con un clima festivo, hacen honor a lo que debiera ser natural en cada ocasión: vivir y disfrutar de la fiesta del fútbol.
Compartimos la alegría del reencuentro de esta familia con ADN Santelmista a miles de kilómetros de distancia y ojalá sean cábala para traer el trofeo más deseado a nuestro país después de tantos años de espera.
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